La enfermedad de Lyme es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Borrelia que se transmite por garrapatas. El signo más común de infección es un área de enrojecimiento en expansión en la piel, conocida como eritema migratorio, que aparece en el sitio de la picadura de la garrapata aproximadamente una semana después de su aparición.
Durante las primeras etapas de la enfermedad de Lyme, las personas que reciben los antibióticos adecuados generalmente obtienen una recuperación completa y rápida. Durante las primeras etapas, los antibióticos generalmente se toman por vía oral. Estos antibióticos incluyen doxiciclina, amoxicilina o cefuroxima axetilo. Sin embargo, las personas con ciertas formas neurológicas o cardíacas de la enfermedad pueden requerir tratamiento intravenoso (IV) con antibióticos como ceftriaxona o penicilina.
El antibiótico se administra a través de un pequeño tubo flexible y estrecho llamado catéter o vía intravenosa, que se inserta en una vena con una aguja. Se retira la aguja y la vía intravenosa se deja en su lugar y se asegura con un apósito. Hay diferentes tipos de vías intravenosas disponibles y la elegida para el tratamiento dependerá de las venas del paciente y de cuánto tiempo necesitará antibióticos.
La terapia IV típica consiste en un curso de 2 a 4 semanas. El paciente se somete a una inyección diaria de antibióticos, que ha demostrado ser muy eficaz. Sin embargo, para algunos pacientes, puede ser un proceso un poco largo e incómodo. Una inyección diaria puede representar una pesadilla para aquellos pacientes cuyas venas son difíciles de visualizar.
Por lo tanto, se recomienda encarecidamente a los médicos un buscador de venas. El detector de venas portátil SIFVEIN-5.2 de la FDA es el dispositivo perfecto aquí, ya que proporciona una ayuda significativa para pacientes de todas las edades y desenreda las complejidades del acceso intravenoso, como obesidad, tejido inflamado, piel con vello, piel oscura, hipovolemia, etc.
El detector de venas ayuda a los profesionales médicos a localizar y encontrar las venas de forma rápida y precisa durante el acceso intravenoso, lo que aumenta la tasa de éxito del procedimiento. Alivia la presión laboral de las enfermeras, reduce el dolor y el miedo del paciente y mejora la calidad de los servicios médicos.
Otra ventaja destacada del SIFVEIN-5.2 es que ofrece a los pacientes la posibilidad de recibir sus propios tratamientos desde casa por sí mismos. Debido al extenso brote de enfermedades epidémicas, en particular el nuevo coronavirus (COVID-19), los hospitales y las instalaciones médicas no son ahora refugios realmente seguros para la recuperación y la rehabilitación.
Desafortunadamente, muchos hospitales en algunos países infectados se han convertido en un caldo de cultivo para las infecciones adquiridas en hospitales. Los visores de venas son fáciles de usar y permiten a los pacientes detectar sus propias venas y aplicar fácilmente las inyecciones de antibióticos (si están bien capacitados para hacerlo). Ahorran tiempo a los usuarios y la constante necesidad alternativa de visitar un centro médico.
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